jueves, 12 de marzo de 2015

Como perros y gatos (Las mil y una travesuras)

En la antigua Bagdad, específicamente en el palacio de Aladino, vivía un despreocupado gato salvaje africano, que se divertía haciendo travesuras. Cierto día, mientras el genio descansaba en su lámpara, el felino toco con sus patitas la superficie del objeto. Una columna de humo salió despedida del cuello de la botella, hasta formar a un macizo y gigantesco genio, que miraba al animalito con rabia.

- ¿Así que otra vez vienes a molestarme, pequeña bestia? Cuando Aladino se entere de lo que estás haciendo…

Pero de pronto, rozando el cuerpo gaseoso del genio, otra columna de humo emergía de la botella. Su color oscuro, similar al de una tempestad, no invitaba a la confianza. Al materializarse, el genio tuvo al lado suyo el cuerpo gaseoso de un perro feroz. Con ensordecedores ladridos, comenzó a amenazar al gato, que sin pensarlo demasiado, huyo de allí. Acto seguido, el perro se fue tras él, con el cordón de humo extendiéndose y extendiéndose, hasta que no pudo prolongarse más y se llevo la botella consigo. El recipiente avanzaba accidentadamente, de tumbo en tumbo, con todo y genio incluido.


- ¡¡Basta Jaffar, basta, deja en paz a ese gato o nos quebraras la casa!!

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